La Guardiana te anda vigilando.

Paseando por la comunidad de La Perla puedes encontrarte de frente con casitas de colores, flores silvestres, gallinas y hasta pitbulls dándose el paseo por las estrechas calles. "Allá abajo en el boquete", como dice la canción de Calle 13, el panorama está lleno de colores no solo en sus decoradas paredes, si no en su gente. A los residentes los encuentras en cada esquina. Algunos llevando las bolsas de sus compras del supermercado, otros sentados frente a su casita mirándote pasar, y otros dándose la cervecita en el jolgorio de alguna barrita. Luego de andar por las inclinadas calles te das la vuelta para ver la imponente muralla del fuerte San Cristóbal, compuesta de varias secciones llamadas baluartes.

Tanta belleza en un quilombo tan pequeño puede ser un paraíso para muchos visitantes de la isla y también del extranjero. Peligrosamente, su belleza puede ser causa de gentrificación. Afortunadamente sus residentes tienen total control de esta comunidad y han forjado sus propios reglamentos para impedir que este fenómeno llegue a tomar lugar. Consciente de esto, me tome la tarea de visibilizar al espíritu colonizador y gentrificador proyectandolo como el famoso flamingo que vigila nuestras tierras con el fin de agarrar lo que pueda cuando pueda. Claro que para contrarrestar ese ataque invasor se me ocurrió incluir a nuestra guardiana de La Perla, rodeada y protegida por su paraíso, siempre con los ojos abiertos, y lista para observar y denunciar cualquier movimiento sospechoso. Ahora cada vez que visito la saludo y encuentro su mirada desde cualquier ángulo, asegurandome de confirmar su eterna vigilia.

Rachel Smith Sepulveda

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